Los humanos tenemos la tendencia a creer que el mar se lo puede llevar todo, que puede esconder toda nuestra basura bajo la inmensa alfombra de sus aguas. Pero esta es una misión que el hombre exige y que el mar no puede cumplir. Hidrocarburos, metales pesados, aguas fecales, productos químicos, materiales radioactivos, terminan sus días en un lugar común. El mar dispersa, diluye y degrada, pero su capacidad tiene un límite.
De seguir así, la salud del mar corre el riesgo de quedar dañada para siempre.
Los océanos cubren casi las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra, contienen las nueve décimas partes de los recursos de agua y es el hábitat natural de más del 97% de seres vivos del planeta. Los océanos son parte esencial de nuestra biosfera: influyen en nuestro clima y en nuestro bienestar. De hecho, sin los océanos la vida no existiría.
Sin embargo, a pesar de su inmensidad y de la riqueza biológica que encierran, los mares y océanos son frágiles, muy poco conocidos y especialmente vulnerables a las amenazas.
Cada año se capturan en todo el mundo casi 90 millones de toneladas de pescado, con un valor aproximado de 50 mil millones de dólares. El sector pesquero da trabajo a 36 millones de personas y cada vez son más los científicos que se interesan por el estudio del fondo de los océanos y buscan allí los descubrimientos y los recursos del futuro.
El transporte marítimo es una de las actividades indispensables en la vida económica del mundo, pero lamentablemente perjudica el ecosistema de nuestros mares. Se calcula que anualmente se vierten en los océanos 600 mil toneladas de petróleo. La contaminación con productos tóxicos ha llegado inclusive a zonas casi vírgenes como el Océano Ártico.
Éste y otros problemas como el calentamiento global adquieren particular importancia considerando que las dos terceras partes de la población mundial viven en zonas costeras.
Más de 38 millones de personas viven de la pesca y la acuicultura alrededor del mundo. Además, la pesca da trabajo indirecto a más de 200 millones de personas.
Si este ritmo de sobrexplotación continua, la FAO prevé que en cuatro años se vivirá un colapso global de las pesquerías, afectando a más de 2.500 millones de personas, que obtienen del mar su principal fuente de proteínas.
En virtud a esta problemática, la Organización de las Naciones Unidas estableció el Día Mundial de los Mares con el fin de mantener y mejorar la seguridad de la vida en el mar. A su vez, se plantea lograr que las operaciones marítimas internacionales sean eficientes y eviten la contaminación causada por las actividades terrestres y por las descargas tóxicas, ilegales y peligrosas de los buques.
En 1980, la asamblea de la OMI decidió que el Día Mundial de los Mares se celebre durante la última semana de septiembre, pero cada gobierno puede disponer qué día de la semana dedica al homenaje. El propósito de esta fecha es tomar conciencia y mirar hacia el futuro para seguir trabajando a favor de la seguridad y la protección en la navegación, así como en la prevención de la contaminación de nuestros océanos.
...los mares vacíos son mares sin futuro.